Cuando un jibarito se va
Cuando un Jibarito se va, siempre se siente.
A veces nos vamos a perseguir un sueño, a veces por amor, y a veces solo por trabajo.
La verdad es que nos vamos, pero Puerto Rico no se va de nosotros. Amamos nuestra tierra y a veces al irnos lo sentimos más.
Cuando un Jibarito se va se lleva un canto del Morro ‘mezclau' con bomba y plena.
Se lleva el carisma y la calidez humana le corre por las venas.
Se lleva el deseo de regresar, el deseo de escuchar los aplausos en el avión y aunque él o ella no lo hagan lo sienten en el corazón.
Cuando un Jibarito se va, no se va na. Se queda. Se queda sintiendo por nuestra isla. ¡Quizás distante pero nunca ausente!